MOVILIDAD URBANA: ¡un villano es el COCHE modelo 1930!

El siglo XXI es sobre todo urbano. Se presenta como el siglo del planeta urbano y potencia al máximo los retos del automóvil en la movilidad. La abundante generación de riqueza y recursos tecnológicos ha propiciado un aumento del consumo y un acceso más fácil a las oportunidades de la modernidad. En las aglomeraciones urbanas, la movilidad se convierte en un reto debido al elevado número de desplazamientos, las restricciones de espacio y la consiguiente falta de eficiencia y productividad. En este escenario, las políticas públicas de movilidad urbana, con el objetivo de garantizar la fluidez, han determinado el privilegio de los medios de transporte colectivos en detrimento de los modos de transporte motorizados individuales, entre los que el coche es considerado un villano. El automóvil es un medio de transporte individual esencial para la movilidad urbana, pero sus características actuales no armonizan con las exigencias del entorno urbano, y en este siglo ya no es posible utilizar vehículos de movilidad multifuncionales, y los vehículos ya no pueden satisfacer simultáneamente las necesidades urbanas y extraurbanas. En las ciudades, las cosas deben estar hechas a la medida del ser humano y para la armonía de los seres humanos y el planeta.