Pintores de Sevilla

Fuente: Wikipedia. Páginas: 62. Capítulos: Diego Velázquez, Nazario Luque, Manuel Monedero, Bartolomé Esteban Murillo, Lucas Valdés, Juan de Valdés Leal, Pedro Núñez de Villavicencio, Carmen Laffón, Francisco Antolínez, José Villegas Cordero, Luis de Vargas, Gonzalo Bilbao Martínez, Luis Gordillo, Sebastián de Llanos y Valdés, Domingo Martínez, Bernardo Lorente Germán, Francisco Herrera el Viejo, Juan de Espinal, Francisco Herrera el Mozo, José Jiménez Aranda, Javier Winthuysen Losada, Emilio Sánchez Perrier, Antonio María Esquivel, Federico Delgado Montiel, Francisco Meneses Osorio, Ricardo López Cabrera, José Roldán Martínez, Manuel González Santos, Luis Jiménez Aranda, Juan de Uceda, Pedro de Villegas Marmolejo, José de Sarabia, Miguel Ángel del Pino Sardá, Andrés Cortés y Aguilar, José García Ramos, Baldomero Romero Ressendi, Valeriano Domínguez Bécquer, Manuel García Hispaleto, Manuel García y Rodríguez, Rafael Senet Pérez, Francisco Varela, José de la Vega Marrugal, Teresa Duclós, Alfonso Grosso Sánchez, José Rico Cejudo, Manuel Barrón y Carrillo, Juan Sánchez de Castro, Nicolás Alperiz, Joaquín Turina y Areal, Francisco Peralta del Campo, Antonio Gómez Díaz, Sebastián López de Arteaga, Joaquín Domínguez Bécquer, José Luis Castrillo, José Gutiérrez de la Vega, Antonio Cabral Bejarano, Virgilio Mattoni, José María Chávez Ortiz, Francisco Cabral y Aguado Bejarano, Fernando Tirado, Manuel Cabral Aguado-Bejarano, Manuel Rodríguez de Guzmán, Bernabé de Ayala, José Domínguez Bécquer, Curro González. Extracto: Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, hacia el 5 de junio de 1599 - Madrid, 6 de agosto de 1660), conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal. Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista, por influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores de la corte. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey y de su familia, así como otros cuadros destinados a decorar las mansiones reales. La presencia en la corte le permitió estudiar la colección real de pintura que, junto con las enseñanzas de su primer viaje a Italia, donde conoció tanto la pintura antigua como la que se hacía en su tiempo, fueron influencias determinantes para evolucionar a un estilo de gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. En su madurez, a partir de 1631, pintó de esta forma grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se hizo más esquemático y abocetado alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este periodo se inauguró con el Retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las hilanderas. Su catálogo consta de unas 120 o 125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. Manet se sintió maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido». La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo del P...