Química del suelo: Una prueba de los riesgos agroecológicos

La degradación del suelo abarca procesos biológicos, químicos y físicos. El suelo es un componente fundamental tanto de la "tierra" como de los "ecosistemas", que son conceptos más amplios que incluyen la vegetación, el agua y el clima en el caso de la tierra y, además, incorporan consideraciones sociales y económicas en el caso de los ecosistemas. Estos cambios pueden afectar significativamente a la fisiología y ecología de organismos adaptados a sobrevivir en condiciones con mayor contenido de metales. Las actividades antropogénicas, como la explotación de los recursos naturales y su transformación mediante procesos tecnológicos, así como la gestión de los residuos, plantean un problema de contaminación ambiental a escala mundial. La distribución de diversas sustancias químicas en el medio edáfico puede desencadenar numerosos procesos irreversibles que conducen a una grave degradación agronómica del suelo. La química del suelo implica procesos complejos destinados a mantener las condiciones óptimas del suelo. Sin embargo, los factores antropogénicos y los recientes cambios climáticos han alterado gravemente los equilibrios geoquímicos y biológicos naturales de los sistemas edáficos.