Bola

Desde que era una adolescente en Cuernavaca, México,
Marie ha soñado que a sus 25 años por fi n tendría la
vida que siempre quiso; ella sería una estilista de pelo
exitosa en una gran ciudad. Cortar y peinar el cabello
no le parecía una profesión ambiciosa a sus padres,
quienes son profesores universitarios, pero para su
soñadora hija la idea de ganarse su vida cumpliendo
los deseos para sus melenas a otras mujeres es perfecto.
Durante los últimos dos años, Marie, a quien sus
amigos y familia llaman cariñosamente "Bola", ha
estado trabajando en uno de los salones de belleza más
prestigiosos de la Ciudad de México. Con la ayuda
de su jefa, que ve en ella un gran potencial, está a punto de viajar para tomar un
programa de peluquería en Nueva York.
Pero en su cumpleaños 25, Marie no tiene mucho que celebrar, ella acaba de
perder a su único hermano y se encuentra en Canadá a cargo del cuidado de
su sobrina y sobrino quienes quedaron huérfanos. Sus proyectos profesionales
tienen que quedarse en pausa, ya que su prioridad ahora es hacer arreglos para
regresar a su departamento en la Ciudad de México con dos niños pequeños.
Ser madre a los 25 años no estaba en sus planes, y tampoco está en sus planes
enamorarse, pero accidentalmente se encuentra con un prometedor jugador de
fútbol, Horacio "El Bola" Gómez, un joven que está luchando por lograr su
sueño de jugar en la Copa del Mundo, quien se roba su corazón.
Ella tiene que decidir si puede poner su vida amorosa en espera, o podría a la vez
ser la mamá de dos pequeños, la novia de una nueva estrella del fútbol y la hija que
sus padres siempre quisieron tener.
Por su parte, Horacio "El Bola" Gomez desea poder concentrarse sólo en lo que
sucede en el campo de fútbol, pero no puede evitar enamorarse de la chica con
quien comparte más que el apodo de "Bola".
La fama, las responsabilidades, la familia, la tecnología, amigos y ex amores
desempeñan un papel en esta historia que complica más la relación de estas dos
personas que intentarán cualquier cosa por estar juntos, porque a pesar de todo lo
que les rodea ellos saben que el amor no es juego.