Pintura de Uruguay

Fuente: Wikipedia. Páginas: 38. Capítulos: Pintores de Uruguay, Joaquín Torres García, Juan de Andrés, Juan Manuel Blanes, Damián Ibarguren Gauthier., José Luis Zorrilla de San Martín, Anhelo Hernández Ríos, Luz Darriba, Ulda Rubiolo, Alfredo De Simone, Nelson Barreiro Gougeon, Pedro Figari, Leandro Silva Delgado, Fernando López Lage, Horacio Espondaburu, Agustín Ezcurra, Rafael Barradas, Álvaro Amengual, Gonzalo Fonseca, Raúl Javiel Cabrera, Carmelo de Arzadun, José Cúneo Perinetti, José Gurvich, Diógenes Hequet, Juan Manuel Besnes e Irigoyen, Felipe Seade, Carmelo Arden Quin, Sergio Curto, Julio Fernández Cabral, Melchor Méndez Magariños, Luis Queirolo Repetto, Héctor Sgarbi, Enrique Castells Capurro, Edgardo Ribeiro, Carlos Federico Sáez, Guillermo Fernández, Augusto Torres, Guiscardo Améndola, Petrona Viera, Pedro Blanes Viale, Arotxa, Tarik Carson, Helios Acosta, Alceu Ribeiro, Madí, Universalismo constructivo, Ernesto Laroche, Alejandro Stock, Hugo Nantes, Carlos María Herrera, Juan José Calandria, Andrés Etchebarne Bidart, Claudio Silveira Silva, Luis Alberto Solari, Nelson Ramos, Miguel Jaume y Bosch, Eduardo Vernazza, Carlos Páez Vilaró, Dolcey Schenone Puig, José Sosa Luzardo, Clever Lara. Extracto: Joaquín Torres García (Montevideo, Uruguay, 28 de julio de 1874 ¿ id., 8 de agosto de 1949) fue un artista plástico y teórico del arte uruguayo-catalán, fundador del universalismo constructivo. Nació fruto del matrimonio formado por Joaquín Torres Fradera, que a su vez era hijo de Joan Torres y de Rosa Fradera, cordeleros originarios de Mataró, y de María García Pérez, hija de José María García, maestro carpintero originario de Canarias, y de Misia Rufina Pérez, aristócrata uruguaya de origen criollo. Tras una difícil infancia por los vaivenes económicos y domiciliarios de su familia, y una formación principalmente autodidacta, en 1890 Torres García se fijó como objetivo el emigrar a fin de formarse como pintor, pues llegó a la conclusión de que esa formación no la había de recibir correctamente en la capital de Uruguay. Así pues, junto a toda su familia decidió viajar a Europa en junio de 1891, con diecisiete años. La familia del padre los llevó directamente a Mataró. Y Torres García empezó a asistir de día a una academia local, en la que aprendió las bases del oficio, y a clases de dibujo en una escuela nocturna de Artes y Oficios. En 1892, la familia decidió afincarse en Barcelona, con ello pedro, Torres García pudo ingresar en la Escuela de Bellas Artes. Allí coincidió con pintores más tarde reconocidos cómo Mir, Sunyer, Canals y Nonell, todos ellos influidos por el impresionismo francés preponderante en aquel momento, y por los escritos de Zola. Con ellos salía a pintar por los suburbios de la ciudad imitando a los pintores de vanguardia de entonces, Monet, Sisley y Renoir. Como todas las clases eran nocturnas, decidió aprovechar la franja diurna ingresando en la Academia Baixas, la más reputada de entonces, por ser tan académica como la oficial de Bellas Artes. En 1893 Torres García se matriculó en el Cercle Artístic de Sant Lluc, de talante católico, del que se imbuiría profundamente. Sería socio hasta el año 1898. Aquí conoció a Josep Pijoan, Eduardo Marquin